junio 10, 2008

La Cama Espacial

"Mamá ¿Qué tal son los masajes en camas chinas?" - pregunté. Andaba un poco "tomaíta" que le llaman, y quería probar una alternativa distinta a mis habituales masajes en silla. "Ay hija, son buenísimos. Tu hermana también se ha hecho. Al principio duele un poco, porque son unos rodillos que te pasan por la espalda, pero te aplican calorcito... hace súper bien" - me contestó.

Así que considerando la confiable recomendación, y dado que por la radio tenía un dato de un lugar muy bueno, pedí una hora para el viernes en la tarde, como para sacarme la tensión de la semana y empezar bien el fin de semana.

El lugar era de lo más decente: con cubículos privados, todo limpiecito y perfumadito. La chica que atendía me hizo pasar, me acosté de espaldas en el armatoste aquél - que era como una camilla de hospital, pero con rieles en medio, más los famosos rodillos - me cubrió una frazadita de polar, me puso una toallita sobre los ojos (para qué... no tengo idea), programó la cama y me enchufó audífonos, porque obvio, le llevaba música de relajación. Sólo le faltó decirme "bendiciones hija, que sueñe con los angelitos".

Hasta ahí todo bien, salvo que lo que se suponía que tenía que moverse y aplicar calor no hizo ni lo uno ni lo otro. "Bah" - pensé yo, tan incauta - "A lo mejor esto funciona de otra manera"... Pero si en eso consistía el masaje, entonces mejor me iba a dormir a mi propia cama y quedaba mejor, así que me paré y diplomática como trato de ser siempre, le dije a la chica: "Oye, yo tenía entendido que esto se movía...". "¿No sientes cómo se mueve?", me respondió medio sorprendida. Yo traté de reprimir mi doble sentido y le contesté "Te juro que no se mueve nada de nada".

Partió al cubículo, volvió a programar la camilla y a hacerla andar, y entonces vi cómo los rodillos - tres, uno en cada extremo y otro al medio - se iluminaban y se empezaban a mover. "Créeme que eso lo habría sentido", le dije... Ahora sí que iba a empezar la diversión.

El masaje resultó ser una especie de siesta en un juego de Fantasilandia, pero de esos infantiles, como los patitos o el carrusel... "La Cama Espacial" podría ser. Yo no sabía si reírme, o cerrar los ojos y tratar de relajarme. Porque los rodillos efectivamente te pasan por la espalda y como que te levantan el cuerpo - las piernas, las caderas, el pecho, el cuello y la cabeza, en secuencia - así que en un minuto no aguanté, me saqué la toallita de los ojos y me miré... Juro que estaba bailando breakdance en cámara lenta. Las culebras, los gusanos, los pececitos de colores y hasta la mismísima Cuncuna Amarilla habrían envidiado mis ondulaciones corporales.

Estuve así por unos cuarenta minutos. Cuando terminé, tenía los hombros bastante machucados, pero ya no estaban rígidos, sentía las piernas tembleques y me dolía la cola (la base de la columna, no lo otro). Pero sonreía, y tenía en mi mano el comprobante de pago para cinco sesiones más.

Y la verdad, creo que no es tanto por el descanso que requiere mi cuerpo de adulta, sino que por la novedad que siempre llama la atención de mi espíritu de pendeja. ¿Nunca jugaron en las escaleras mecánicas, o en los ascensores, o en las sillas giratorias? Bueno, esto es algo como aquello, pero pagado con Redcompra y sin que tu mamá te diga, "ya hija, déjese de lesear y vámonos para la casa". Qué le voy a hacer, algunos se compran una Wii, otros rolean, otros van a tarreos... yo juego en La Cama Espacial.

3 comentarios:

Bárbara dijo...

La cama espacial, jejejeje, debe ser rico.....además de la relajación, le lleva diversión....pasa el dato!
Un beso!

Alejandra dijo...

Oye, suena más como que fuiste al MIM que a los masajes, aún así pasó. Es que pagar por relajarme habiendo tantas cosas gratis en la vida lo encuentro medio latero. Pero es mi opción.
Un abrazo amiga

Rodrigo Acevedo Pinto dijo...

¿Masaje con rodillos?, lo primero que pensé fue en un grupo de maestros chasquillas pasándote rodillos de pintar por la espalda, pero claro, eso no tendría mucho de agradable, jaja.

Curioso lo de la "cama espacial", oye, pero si de verdad sirve para relajar, supongo que está bien.

Y si no relaja, al menos te matas de la risa un rato, jaja.

Que bueno que volviste a escribir. Saludos.