febrero 01, 2008

Anecdotario de Viaje

A estas alturas, decir que Buenos Aires es una ciudad alucinante, que está todo pasando, que es tan grande, tan entretenida y blablablá, es un lugar común. Uno al que es inevitable sumarse, en todo caso... sí, vengo llegando de estar allá y quiero presumir un poco (je), pero más que eso en realidad la idea es contar lo personal de la experiencia, porque describir cómo es la ciudad sería precisamente caer en aquel lugar común.

Claro, es bastante lógico que Buenos Aires sea interesante: proporcionalmente hablando tiene, digamos, el triple o el cuádruple de posibilidades que Santiago de ser interesante. Hay más espacio donde poner parques, edificios con linda arquitectura, librerías, cines, teatros, cafés, tiendas, muchas tiendas y el triple o el cuádruple de gente con historias que contar (y eso sin hacer el un tanto prejuicioso comentario respecto a la tendencia de los argentinos de hacerlo todo en grande ¿No?).

Pero bueno, aplicando poder de síntesis, he aquí algunas anécdotas de viaje:

- Siéntase como en su casa (Locación: Exteriores, Avenida Santa Fe; domingo casi al mediodía): Básicamente, uno de los propósitos de este viaje a Buenos Aires era (además de conocer y descansar, por cierto) sacarme unas ganas que tenía pendientes desde hace unos cuatro años - que fue cuando viajé allá por primera vez - y que tenían que ver con conocer la famosa librería El Ateneo. La vez anterior sólo me pude acercar a una de las sucursales y estaba cerrada, así que en esta ocasión yo iba a por la sucursal principal.

Después de mucho caminar (algo que fue una constante del viaje, en todo caso) llegamos (mi mamá y yo) hasta la puerta de la librería. Parecía cerrado, pero mi madre tuvo a bien preguntar si efectivamente estaba cerrado. "Abrimos a las doce, señiora", que era en quince minutos. Nos dimos unas vueltas, volvimos, entré y me encontré con un recibidor no más grande que cualquier librería en Santiago. "¿Y sería?", pensé... pero no, la trampa estaba en que subiendo una escalera, la vista era otra cosa: un teatro antiguo, circular, con los tres niveles de palcos readecuados con estanterías y sillones; más un subterráneo ídem. Todos los libros, películas y música que quisieras estaban ahí, categorizados, ordenaditos alfabéticamente y listos para que te sumergieras en ellos. Ante mi cara de omaigosh, mi madre sabiamente me dijo: "Hija, vaya a ver las cosas que anda buscando, yo voy a estar en..." Zzzip! Yo ya había desaparecido.

Claramente no me quedaría a vivir allí, pero me sentí como en mi casa, si se entiende. La cajera me miraba con cara de "esta se volvió loca", cada vez que yo iba con un montón de libros, discos o películas a pedirle que me los guardara, porque obviamente no podía andar con todos ellos encima. Fue tanta mi abstracción, que cuando terminé, encontré a mi mamá con cara de preocupada conversando con una de las guardias de seguridad... le había preguntado si me había visto, porque pensó que me había perdido. Y sí, definitivamente me perdí por un rato, pero fue increíble.

- Las chicas sólo quieren divertirse (Locación: interiores, peluquería D'Antoine, Paseo Florida; martes en la mañana): como buenas chicas que somos mi madre y yo (y por más que yo sea más bien relajada en cuanto al cuidado personal), nos gusta hacernos cariñitos de vez en cuando y ponernos lindas. Así que partimos a que le tinturaran el pelo, a ella, y a que me sacaran la mugre de la cara, a mí. Al entrar nos recibió una tríada de estilistas... Fede, Diego y Facu, supongamos, todos divinos ellos, y les pregunté en qué consistía algo que anunciaban como "pulido de piel": "Mirá, es un tratamiento en base a colágeno ¿Viste? Primero te limpiamos y exfoliamos, te sacamos todas las impurezas, y luego te aplicamos este producto, que te deja la piel maravishosa". El de la explicación era uno de polerita apretada, peliparado y engelado, con los ojos bien delineados (arriba y abajo) y unas pestañas que ya se las querría Penélope Cruz; que mientras hablaba, me miraba con una cara entre desprecio y asco, como diciendo "Ay ¡Valor! Esta pobre nena es un desastre, mirá lo que es esa piel, qué trabajo que me va a dar". Pero como no estaba dentro de mi presupuesto, opté por una limpieza más simple, que el chico de la explicación se negó a hacer, porque "sho sólo hago de ochenta (pesos) para arriba".

Allá él con sus ojos delineados, pensé, así que finalmente me atendió Martha: "¿Sos descendiente de árabe vos?", "Eeeh, nop", "Ah mirá, tenés el tipo", ("Capaz que sí, majitu quiridi"). Bien amorosa ella, luego de aplicarme menjunges varios y de la correspondiente conversación sobre Menem y la Bolocco me dijo: "Ahora sí mamiruchi, mirá cómo se descongestionó esta carita, sha está, mirá como brisha". Y brillaba, por cierto.

Así que le agradecí a Martha por regalonearme en argentino y por un dato de besheza que me dio... tomen nota nenas: no se laven la cara sólo con agua y jabón, porque el agua tiene demasiados químicos y el jabón es puros químicos, básicamente. Después de que se la laven, terminen de limpiarla con una leche o una loción, para que no les queden esos químicos en la cara, sino que los otros más amables del producto en cuestión. Ahora... todas al unísono... "Graaacias Marthaaa".

- ¿Farmacity?... ¡Sin City! (Locación: exteriores. Todos los días, en varias partes de Buenos Aires): Tengo que reconocer cierta debilidad por algunas tiendas, como las librerías, las disquerías y las de películas, pero además las de accesorios y las farmacias que "le llevan" perfumería y cuidado personal, drugstore que le llaman. Respecto a estas últimas en particular, en Buenos Aires (y en toda Argentina, supongo) hay una cadena llamada Farmacity que es como si Salcobrand, Cruz Verde y Ahumada se hubieran fusionado en una sola, con la consecuente proliferación de locales. Te topas con una cada dos o tres cuadras y fueron al menos para mí, una tentación irresistible: primero fue la excusa de los encargos, después la de los regalitos, después la de las cosas para nosotras mismas y después "por si acaso se nos ha olvidado algo". Cada vez que pasábamos por fuera de una, terminábamos entrando y comprando algo... la ciudad del pecado, sin duda; aunque como estoy trabajando en no ser una persona culposa, la verdad es que no me importó mucho, y lo disfruté demasiado.

- Babel (Locación: exteriores, interiores... en todas partes): Salvo en el hotel y en las tiendas, uno a ratos echaba de menos el acento argentino. Porque en realidad lo que más pululaba por las calles eran turistas: alemanes, italianos, franceses, holandeses, gringos por cierto, brasileños a montones y muchos, pero es que muchos orientales. En el hotel de hecho, nos topamos con unos húngaros, a los que mi vieja no pudo resistirse a preguntarles de dónde eran, después de vanos intentos míos por descifrar su idioma (una mezcla según yo, de alemán y francés). Finalmente nos terminamos entendiendo en inglés, y nos contaron que habían estado saltando de Chile a Argentina intermitentemente, así que hasta les di consejos respecto al tráfico y lugares que tenían que conocer. Fue como estar en una reunión de Naciones Unidas, pero al aire libre.

- ¡Por favor un supermercado! (Locación: interiores, estación de trenes de Retiro): Yo no sé cómo se las arreglan los bonaerenses para la compra mensual de mercadería, porque lo que más tienen son almacenes pequeños. Para encontrar un supermercado grande tienes que peregrinar cuadras y cuadras, preferentemente en bus o en nuestro caso, en tren... así tal cual, tuvimos que tomar algo así como nuestro Metrotren y bajarnos a una distancia como la que hay de Estación Central a Buin para encontrar un supermercado como aquellos a los que uno está acostumbrado.

Porque además está el tema de que la ciudad es tan grande, que son pocos los que la conocen bien y te pueden dar indicaciones como la gente. Hay personas que viven en Buenos Aires, pero no conocen el centro, se mueven sólo dentro de sus barrios. Y ahí es cuando yo al menos, le encontré el gustito a vivir en Santiago: no es tan difícil conocerlo bien y tienes las cosas considerablemente más a mano... el problema ahora es que ya no es tan simple trasladarse de un punto a otro. Pero eso es harina de otro costal, y cada uno sabe a quién quiere echarle la culpa por eso.

De todas formas, Buenos Aires es entretenidísimo y falta tiempo para conocer la enorme cantidad de sitios turísticos que tiene. Así que ahí es cuando es uno el que tiene que decidir qué es lo que le interesa conocer: si la Buenos Aires de las postales, aquella de Caminito y Gardel y el Obelisco y blablablá; o la "temática", porque tiene para todos los gustos... eso sí, tengo un solo reclamo: ¡¡¡No pueden tener un Museo del Cine y que esté cerrado por remodelaciones justo cuando voy yo!!!

10 comentarios:

Alejandra dijo...

Museo del Cine? Y cerrado?
Bueno, pero ya conoces el dicho, el que se va sin lo que echen...
seguro que vuelves.
Creo que igual que tú, me hubiera vuelto loca en El Ateneo, me hubieran tenido que amarrar y sacar a rastras a la hora de cierre...
Me alegro tanto de que lo hayas pasado así de bien...
Y todo lo que cuentas es novedoso y no lo sabía, excepto el consejo de Martha, tú sabes... esos temas me interesan.
Un abrazo y nos vemos

Rodrigo Acevedo Pinto dijo...

Uh, lo que menos he hecho en mi vida es viajar, no sé por qué en realidad, quizás algún día...

Buenos Aires parece interesante, muy cultural al parecer, así que de seguro me lo pasaría genial -en estado "alucinatorio constante", probablemente-

Librerías, disquerías y el museo del cine serían destinos seguros para mí, aunque agregaría una buena comiquería a la lista.

Listo, saludos.

Kathy_C dijo...

Yaaaa el manso post :P


¿Volviste, cuando nos vemos, me queris? ésta y otras interrogantes serán resueltas cuando Paula las responda en mi blog :P

Beso!

(Me voy un rato, pero volveré y te llamo pa que almorcemo' juntas!)

Anónimo dijo...

caura!!!
que sho me voy a la ciudad de tout la mode!!! Q resulte q resulte!!!

q lemdo viaje... yo kere viajar tb...^^

Vamoh a Valpo? xD

un beso gigante!

Bárbara dijo...

Uf, mala cosa lo del museo del cine. El Ateneo, otro mundo. Deberían arrendar espacios para que uno pusiera su carpita y pudiera dormir para seguir mirando y comprando al día siguiente...y Farmacity, terrible!!! Llena de pefumes, productos para el pelo y un larguísimo etc de osas imprescindibles.
Un abrazo, y gracias por los encarguitos!
Rodrigo: En serio? la vida no es lo mismo sin los viajes...nada como conocer otros lugares y otra gente, porque te hacen conocerte a tí mismo.

Cecilia - Titi dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Buenos Aires es una ciudad entretenidisima, con mucho que ver y hacer, las librerias maravillosas, nada que decir, como cada uno con sus gusto yo fui a tiendas de manualidades y de antiguedades y quedé re contenta y triste tambien al pesar lo poco que tenemos acá..pero bueno...es lo que hay.
Saludos,
Titi

Sarco Stoo dijo...

Que envidia!!!!
Me alegro que tu viaje fue un exito, te aseguro que los dueños de las farmacity, disquerías y museos sacan cuentas alegres luego de tu paso por allende los andes!!! ;) $$$!!
Lo mejor de la vida (junto con otras "cosillas"...) es viajar; eso de pertenecer al mundo y no ser de ninguna parte, la sensación de descubrir y de conocer es lo máximo.
Unas preguntas: Aprovechaste de hacer algunos contactos para tu trabajo de DJ, el que discutimos cuando nos conocimos y me revelaste la verdad sobre tus brazos? jaja. Esa era tu oportunidad de saltar al estrellato!!
Y que es eso de que tu hermosa voz será de otro dial? Se escuchará por estas lejanas zonas?
Por favor, respondeme en mi blog!!! me muero de la curiosidad!!!

Biuti Fruti dijo...

alejandra: sí amiga, estaba cerrado... imagina mi depresión. El Ateneo... para quedarse horas y horas y hacer temblar a la palomita de la tarjeta Visa. Y obvio que sabías el consejo de Martha, por eso tienes es cutis lozano y terso. Abrazo!
rodrigo: pero cómo!!! ni por Chilito??? Por último por no ver siempre los mismos edificios, probar otras comidas, asombrarse con otras costumbres... Buenos Aires sería un buen comienzo. Saludos!
kathy_c: obvio que te quiero poh huashis, pero ahora fuiste tú la que se mandó a cambiar... ya, está pareciendo discusión de pareja. Cuando vuelvas te espero con el crochet y los palillos. Abrazotote!
glorieta: lolita, qué ha sido de su vida laboral??? Yo aterricé de una en el trabajo después del viaje, así que una vez que ya esté de nuevo "en forma", planeamos un tour a Valpo!!!
bárbara: amiga, los encarguitos también son compras, así que yo feliz, no te preocupes. Salvo cuando son cosas como "huy, es que una vez una tía me trajo un remedio para los callos que no me acuerdo como se llama, sólo sé que era muy bueno y que lo vendían en una sola parte". Tenemos que planear un viaje conjunto a Baires, imagináte lo que sería eso, nena!!!
titicandia: fuiste a las tiendas de San Telmo, asumo... hay cosas antiguas tan lindas allá. Y yo no creo que acá tengamos poco, más bien creo que tenemos menos, y eso tiene directamente que ver con el tamaño de la ciudad. Saludos!
sarcostoo: ya, aquí viene la talla interna... averigüé lo de mi brazo en el centro de estética al que fui, pero en realidad me explicaron que sería una operación complicada y costosa, y que los tentáculos se estaban poniendo de moda después de todo, jaj. Respecto a lo de mi cambio de dial, efectivamente, desde esta semana estoy en el 88.1, aunque mi voz no se escuchará todavía. Un abrazo y escribe más en tu blog, porque ya te comenté tu posteo inaugural.

Sarco Stoo dijo...

Paulix:
Agradezco profundamente tu comentario en mi blog. Si puedes darte otra vuelta por allí, verás que hay nuevas entradas.
Ahora a lo nuestro: No se a que radio pertenece ese dial, se escuchará por acá en La Serena? o tal vez vía internet?
En todo caso, como ya te lo dije, de seguro que te ves preciosa con tres brazos, y además eres multifuncional!! :)
Un abrazo y un beso.

Víctor Hugo dijo...

Qué envidia que hayas estado en esa librería! ... confieso que para mi las librerías también sonmi debilidad ... ya casi nome atrevo a entrar en una porque salgo re encaliyado jejejeje.
en fin.... cuando estuveen Bs Aires tb visité sus librerías ... y me faltaron pies para conocerlas todas... y claro es una ciudad gigante! ... y no tienesn supermercados...
Lo que NO me gustó fué que la encontré una ciudad sucia ... un poco dejada de la mano de dios (calles scias... semáforos en mal funcionamiento.. verdaderas islas de caca de perro debido a los paseadores... de perros)
De todas maneras vale la pena ir ojalá una vez alaño

saludosssssssss